¿Vale lo mismo un café común que uno de Starbucks? Spoiler: no.
- Veronika Franco
- 13 abr
- 1 Min. de lectura
¿Alguna vez te has preguntado por qué alguien pagaría $7 dólares por un café que en otra esquina cuesta $1? La respuesta está en una palabra mágica (y poderosa): branding. No es solo el logo, ni los colores. Es la experiencia, la promesa de marca y cómo se percibe en la mente del consumidor.
Tener un branding definido no significa solo “verse bonito”. Significa transmitir confianza, diferenciarse, crear conexión emocional y, sí, poder cobrar más por lo mismo (¡porque no se trata solo del producto!).
☕ Un café común es eso: café. Starbucks vende lo mismo, pero con un nombre, un ambiente, un vaso con tu nombre (mal escrito, pero tuyo), y una experiencia que conecta.
Entonces… ¿Qué tiene Starbucks que no tenga el café de la esquina?
Un logo memorable y consistente.
Un tono de voz cercano y aspiracional.
Una experiencia visual, olfativa y emocional alineada.
Un storytelling que te hace sentir parte de algo.
Definir tu branding es dejar de competir solo por precio y empezar a competir por percepción, valor y diferenciación. Si todavía tu marca no tiene una identidad clara, estás vendiendo café genérico cuando podrías estar vendiendo la experiencia Starbucks.
Comments